Ocho propuestas arquitectónicas entran en competición para diseñar la aguja de Notre Dame
Tras el trágico incendio ocurrido el 15 de abril del pasado año, numerosos arquitectos han empezado a presentar sus originales propuestas para embellecer el monumento francés
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Por Laura Campos - 3 de noviembre de 2020 (Cuenca)
15 de abril de 2019, el mundo entero se para y los medios de comunicación arden, la catedral francesa de Notre Dame en llamas. Sí, una de las catedrales más espectaculares, visitada y querida por millones de turistas se estaba cayendo en cenizas ante los ojos de sus más allegados. Después de varias horas de incertidumbre y llanto por la catedral, el incendio fue sofocado, sin embargo los daños en la infraestructura habían sido tremendamente graves. Pero el Gobierno Francés no decayó, y en poco más de una semana lanzó un concurso internacional de arquitectura, cuyo proyecto ganador llevaría acabo la reconstrucción de la aguja de la catedral. Arquitectos de todos los rincones del mundo se han puesto en marcha con sus respectivas propuestas para dar una imagen renovada a este icónico monumento y partir hacia una nueva etapa de la historia.
La propuesta ofrecida desde el estudio Fuksas, viene dada de la mano de los arquitectos italianos Massimiliano y Doriana, quienes defienden que los edificios deberían tratar de convertirse en otra cosa, aseguran que el futuro es hoy y se tiene que imaginar. Su propuesta es una combinación de la tecnología contemporánea manteniendo el carácter original de la estructura del techo y la aguja. Este proyecto consiste en un pináculo de gran altura cuyo material predominante sea el cristal de Baccarat que, al igual que el techo, este pueda verse iluminado en la oscuridad de la noche, siendo metafóricamente un faro especial en mitad de la ciudad parisina. Esta propuesta además de ser espectacular y dar una imagen más moderna al monumento, la estructura tiene un motivo bastante significativo, “una aguja de cristal símbolo de la fragilidad de la historia, la espiritualidad y la luz como símbolo de lo inmaterial”.
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El diseñador Mathieu Lehanneur no se ha resistido a participar en esta iniciativa con una propuesta bastante personal y arriesgada, características que demuestran todas y cada una de sus obras, las cuales se exponen creativas, osadas e inconformistas. Lehanneur es un creador francés que juega a desdibujar las fronteras tradicionales del diseño, haciendo desaparecer límites figuradamente infranqueables. Su propuesta de diseño es renovar por completo la imagen de Notre Dame introduciendo una gran llama dorada haciendo gala al sello personal del diseñador. Esta propuesta sigue desafiando los límites entre el diseño, la ciencia y el arte, mientras combina la artesanía, tecnología, arquitectura y diseño.
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La propuesta otorgada por el estudio francés, Vizum Atelier, opta por renacer y recuperar el espíritu gótico del que se gozaba en la época de construcción de catedrales cuyo fin era alcanzar el cielo. Así es como los diseñadores del estudio proponen una estructura muy ligera y alta como símbolo que conecte el cielo con la tierra.
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Dakis Panayiotou, fundador del estudio de arquitectura Kiss The Architect ha creado una propuesta cuyo diseño previo goza de nombre, A Foolish Folly, una estructura que sería instalada en la parte superior de la catedral capaz de trasladar al vidente de tal maravilla a un mundo de fantasía rozando el surrealismo acompañado de una estructura de bolas alrededor de una escalera.
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La mayoría de las propuestas para renovar la imagen de la catedral parisina de Notre Dame llevan a utilizar un elemento bastante visual y que aporte color, el cristal y las vidrieras. Alexander Fantozzi, diseñador del estudio AJ6 apuesta también por este elemento. Su propuesta de diseño consiste en crear toda la cubierta y la torre con vidrieras que reinterpreten el espíritu gótico potenciando una iluminación natural en el interior de la catedral, mientras que por la noche contará con estructura retroiluminada. Una propuesta con color, luz, diseño y mucha espiritualidad.
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Rusia también quiere colaborar y poner su granito de arena en la reconstrucción del monumento francés y esta ayuda viene de la mano del arquitecto ruso, Alexander Nerovnya. Su propuesta combina lo antiguo y lo nuevo, lo original y lo renovado. Su propuesta de proyecto tiene clara su firma, ya que acostumbra a utilizar la geometría sencilla con materiales orgánicos. Son estructuras caracterizadas con entornos naturales y portadores de paz y tranquilidad. La estructura idealizada para la catedral es crear un techo de cristal sobre el que se reconstruiría la aguja, una remodelación bastante fiel a su estructura anterior del siglo XIX. Nerovnya asume que las cosas cambian, Notre Dame nunca volverá a ser la misma, de este modo anima a todos y cada uno de sus compañeros de profesión a usar todos los conocimientos y logros arquitectónicos adquiridos para lograr un hacer un correcta y espectacular renovación que se merece el monumento y el país de Francia.
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Manteniendo la idea de contrincantes anteriores, el estudio VAES Architecture apuesta por la idea de conservar la esencia del siglo XIX, reinterpretando la aguja antigua pero en un aspecto completamente contemporáneo. Respecto al techo, persisten en reconstruirlo respetando íntegramente el original. Este diseño tratará de armonizar la catedral con los edificios que la rodean de las calles de París.
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David Deroo, arquitecto y artista francés, también se une a la persistencia de la estética antigua de Notre Dame, pero con el atrevimiento de introducir pequeños detalles con materiales y tecnologías contemporáneas. El diseñador reflexiona y recalca la necesidad de que su reconstrucción respete el patrimonio y la belleza original de la catedral. Es por eso por lo que su propuesta se equilibra entre lo conservador y lo contemporáneo, encontrando la estabilidad en la que ambas convergencias se unifiquen para construir y formar la nueva Notre Dame.
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Después de conocer algunas de las propuestas para la renovación de la catedral parisina de Notre Dame, la sociedad se debería de quedar con el significado de cada una de ellas y, sobre todo, en las segundas intenciones de cada arquitecto y cada diseñador, todas ellas con el mismo fin, volver a dar la imagen que merece este monumento de interés patrimonial. “Si nosotros mismos como seres humanos sufrimos fisuras y daños a lo largo de la vida, lo natural es que la arquitectura atemporal y eterna se vea afectada por el tiempo y sus desafíos. Aunque es devastador ver cómo parte de un patrimonio se ha incendiado, creemos que es posible volver a encuadrar este desastre en una hermosa metáfora de las cosas que nos suceden a lo largo del tiempo”, así es como los arquitectos de Mesura recordarán este acontecimiento, y esta visión, es la que debe de permanecer en todos.
